Estados indefinidos para una existencia
Estados indefinidos para una existencia
A CURA DI ANTONIO ARÉVALO.
SPE SCOMPIGLIO. LUCCA.
18 maggio > 29 settembre 2013
Fotografía © Guido Mencari
Al estar dentro del Espacio Expositivo, del espacio subterráneo, de su entraña, el aire gravaba como las habitaciones oscuras y húmedas de la casa de los Cidros, en el corazón de Córdoba. Quiero entablar un diálogo con la vida de la casa donde tengo mi taller y habito la mayor parte de mi existencia. Es una casa antigua, pobre, donde siempre habitaron seres humildes, muy fría y muy vieja, de tipología árabe con más de 300 años, una casa enorme y cuadrada donde hay ocho viviendas pequeñas alrededor de un patio central. Donde a primeros de 1900 existió un colegio para niños muy pobres en ese patio, sin techo, solo con toldos. He visto morir aquí a tres personas ya, pero tengo conocimiento (lo recojo en diarios, y es el corazón del pensamiento de Estados Indefinidos) de la historia y sucesos de más de veinte familias que habitaron y respiraron aquí. De ahí que a través de los objetos, el vacío interno y pesado de lo profundo, con ello aspiro a unir y coser miradas, a introducir vivencias imaginadas, a llamar a sus antiguos moradores, a crear nuevas identidades que la habiten conmigo, en un espacio subterráneo. Es el número 18. Es el número 18 de los Cidros. He traído puertas, ventanas, postigos y cristales, restos de paredes y sillas, y cientos de archivos y papeles. Espejos. Ellos construyen nuevos autorretratos. También se han adquirido en mercadillos de Lucca los mismos objetos. Las puertas, las mesas deshabitadas, como pupitres y receptáculos, arrancados, se descontextualizan y se unen de nuevo, serán camas, descansos, sepulcros verticales, un enorme tálamo de féretros, pero seguirán siendo puertas, mesas y pupitres y libros y papeles, cosidos aún a nuestras vidas, aunque no abran al futuro. Papeles y fragmentos de libros, de textos, de escritos y de dibujos, de periódicos sucios, que se desparraman por el suelo, de carpetas donde hemos guardado mensajes para que no se contagien de la peste. Pero las carpetas y archivos están cerradas eternamente. Están cosidas y encoladas. Hemos de imaginar, de percibir, de interrogar, de creer.
2013 | Instalación; dimensión ambiental